lunes, 13 de noviembre de 2017

EL FERROCARRIL

LA LLEGADA DEL FERROCARRIL


Las riberas del río Cuerpo de hombre, en el norte de Béjar, sirvieron de escenario natural para el asentamiento de las fábricas. Dispuestas en una especie de Paseo Fluvial se dio lugar a la Ruta de las Fábricas Textiles. Estas hileras de manufacturas van desde el casco central de la ciudad hasta los espacios más lejanos de la zona industrial ribereña.
Pese a este avance tecnológico, la industria textil se vio gravemente afectada por el sistema de comunicaciones de la entidad. La tardanza en la llegada del ferrocarril, en el año 1894, representó un atraso en las factorías de la ribera.
El ferrocarril era el medio de transporte indispensable para trasladar altas cantidades de mercancía, de la maquinaria, de los combustibles, y de cualquier tipo de material sólido, pesado y de mucho volumen, de igual manera para el traslado de la mercancía ya confeccionada.
La carencia de este medio de transporte provocó que Béjar sucumbiera ante el aceleramiento del crecimiento de la fabricación de textiles, con relación a otros emporios textiles españoles, como los de Cataluña y de Valencia.
Esto puso en riesgo la existencia de la industria en suelo salmantino. Sin embargo, en la década de los 30 del siglo XIX, la fabricación de textiles en Béjar tomó nuevamente impulso.

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